¡Oh, sí! Despertar en la mañana con energías y entusiasmo para lograr las tareas es algo que parece muy difícil, pero que a todos nos pasa.
Y es que algunos temas me parecen demasiado desafiantes como para escribir de ellos, porque son luchas que todos tenemos, pero es precisamente de allí nace el deseo de compartir algunas ideas que quizás puedan ayudar.
Mi papá siempre nos acercaba al campo y a la vida de montaña. Quizás de niño o adolescente no entendía o no me agradaban muchas cosas, que ahora valoro como tesoros de enseñanza. Una de ellas fue cuando nos llevó a la cima de una montaña llamada “El Volcán”, quedándonos en una casa de campo que tenía ganado y cultivo.
Casi a las 6:00 de la tarde, con la puesta del sol, nos dijeron que era hora dormir, obviamente, después de haber cenado. ¡Hoy en día a las 6:00 de la tarde estoy aún en mi trabajo! La sorpresa mía, pese a que ni pude dormirme a esa hora, ni le encontraba propósito a ello, es que a las 4:30 de la mañana, se estaban despertando.
¡Con razón se acuestan tan temprano! Pues aprovechan la luz del sol y sin duda sabían que debían descansar por todas las tareas que tenían al día siguiente. Ordeñar las vacas. Prepara la comida, hacer tortillas. ¡Cada quien temprano en lo suyo! Y amigos, allí no había agua caliente.
Lo mismo ocurrió cuando en mis días de colegio partíamos a los batallones a los entrenamientos, y en los batallones a las 4:30 nos levantaban a correr, para a las 6:00 de la mañana ir a desayunar.
¿Cómo pueden ser tan disciplinados? No hablo solo de los militares, sino de la gente del campo. Pareciera que es tradición que pasa de generación a generación y mantienen eso como un deber. ¿Acaso ellos no creen en lo de dormir solo 5 minutos más? ¿Por qué no esperan el domingo para dormir hasta el mediodía?
En muchas charlas de liderazgo que, aunque no lo crea, hablan de este tema, he aprendido que el sueño, el descanso, es sumamente importante para su desempeño y no lo podemos ver de menos. Ese es nuestro primer problema. No le damos importancia a ello, hasta que el cuerpo nos pasa factura.
Es como que conecte su celular 10 minutos, y con una rayita de batería ande todo el día. ¡Deje que cargue bien! ¡Permítase a usted cargar bien! Y va a ver cómo su sueño se irá regulando. Lo otro que he aprendido es que del dormir bien no se abusa, si no, nos da pereza y la pereza es insaciable. Veo muchos comentarios en internet donde la gente se pone feliz al levantarse a las 6:00 para un paseo. Y se ponen triste si es para ir a trabajar.
Dese siempre un motivo para despertar. Entiendo que hay gente que es nocturna, yo soy madrugador, pero si uno abraza el despertar bien, como proceso (créame, no se logra de un solo) verá muchos beneficios.
Ese es el otro por qué. Piense que la disciplina no es un castigo, es un beneficio. Innumerables libros hablan de los beneficios de despertar temprano, pues le da más tiempo en quietud para meditar, orar, preparar sus alimentos, ¡Pero para ello disciplínese a dormir temprano!
Cuando descuidamos nuestro sueño, dormimos “a lo que se pueda”, créame, es imposible levantarse temprano así. Apague las pantallas. Limite el café hasta cierta hora. Ponga música y dese un buen descanso diario, para que todas las mañanas ande energizado. ¡Haga la diferencia!