Redacción. Un estudio de científicos de la Universidad de California en Irvine y la Universidad de Waterloo ha revelado que las corrientes de marea más cálidas están acelerando el derretimiento del glaciar Thwaites, en la Antártida.
Sin embargo, otro estudio publicado en agosto de 2024, dirigido por investigadores del Dartmouth College y la Universidad de Edimburgo, sugiere que Thwaites podría ser menos vulnerable al colapso de lo que se pensaba anteriormente.
A pesar de la incertidumbre sobre el futuro del glaciar, algunos científicos están explorando soluciones radicales para frenar el derretimiento de los glaciares.
Incluyendo la geoingeniería glacial, que consiste en el uso de tecnología e infraestructura para intentar frenar o incluso revertir el retroceso de los glaciares en un contexto de aumento de las temperaturas globales.
El glaciar Thwaites forma parte de la capa de hielo de la Antártida Occidental (WAIS), una vasta cuenca de hielo situada por debajo del nivel del mar, de casi tres veces el tamaño de Texas.
Este glaciar actúa como una barrera que impide que las aguas oceánicas lleguen a la cuenca, lo que podría provocar un deshielo masivo y un aumento del nivel del mar de hasta 3,3 metros.
Si Thwaites se colapsara, se desataría una cadena de eventos catastróficos que pondría en riesgo a grandes ciudades costeras y pequeñas naciones insulares.
Actualmente, Thwaites ya representa el 4% del aumento del nivel del mar, perdiendo anualmente alrededor de 50 mil millones de toneladas de hielo.
Punto de inflexión
Los expertos coinciden en que su posible colapso representa un «punto de inflexión» en la ciencia climática, un umbral crítico más allá del cual los cambios en el sistema climático se vuelven acelerados e irreversibles.
Un estudio realizado por la Universidad de California en Irvine y la Universidad de Waterloo, utilizando imágenes satelitales de alta resolución y datos hidrológicos, identificó zonas donde las corrientes de marea cálidas fluyen por debajo del glaciar, acelerando su derretimiento.
Según Christine Dow, profesora de glaciología en la Universidad de Waterloo y coautora del estudio, la velocidad del derretimiento ha superado las expectativas iniciales.
«Esperábamos que se necesitaran entre cien y quinientos años para perder ese hielo. Ahora, la preocupación es si el proceso está ocurriendo mucho más rápido de lo que pensábamos», señaló en una entrevista con Scientific American.
Sin embargo, hay algo de esperanza en el estudio dirigido por el Dartmouth College y la Universidad de Edimburgo, que encontró que el glaciar Thwaites podría ser menos susceptible a la inestabilidad de los acantilados de hielo marino (MICI).
Lea también: Descubren un esqueleto 15 años después en el ático de una casa durante renovaciones
Los investigadores sugieren que el adelgazamiento del glaciar podría, en realidad, reducir la tasa de desprendimiento y estabilizar los acantilados, lo que ofrece una visión más optimista sobre el futuro del WAIS.
A pesar de estos avances, algunos científicos están recurriendo a la geoingeniería glacial como una solución ante el riesgo de que el glaciar se derrita más rápido de lo previsto.
Un grupo de glaciólogos vinculados a la Iniciativa de Ingeniería de Sistemas Climáticos de la Universidad de Chicago ha instado a una mayor investigación sobre la geoingeniería glacial, advirtiendo que el retroceso acelerado de los glaciares podría requerir intervenciones tecnológicas para mitigar los efectos del cambio climático.