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domingo, abril 20, 2025

Capitaneando tu vida

Ser el capitán de tu propia vida implica tomar el timón y dirigir conscientemente tu curso. Como capitán, tienes la responsabilidad y el poder de tomar decisiones que afectan tu destino. Esto significa definir tus metas y valores, trazar un rumbo hacia ellos y perseverar incluso frente a los desafíos. Ser el capitán de tu vida implica mantener el control sobre tus emociones y acciones, siendo consciente de cómo influyen en tu entorno. Significa asumir la responsabilidad de tus decisiones y no culpar a otros por tus resultados. Desconozco las leyes de la navegación marítima, los constructos de la ingeniería naval, etc., pero en mi experiencia de psicología clínica, si conozco excelentes capitanes que han llegado y llevaron a los suyos a un puerto seguro, después de una tormenta.

El puerto y el barco: para empezar, como mínimo, necesitamos dos puertos, uno para partir y otro de destino. El puerto de inicio, podríamos imaginar que es uno de carga y descarga. En donde al iniciar nuestro viaje en el mar de la vida, no tuvimos la oportunidad de elegir nuestro origen, cultura, nacionalidad, idioma, etc. En nuestros primeros años de vida, no estaba en nuestras manos decidir qué tipo de recursos íbamos a considerar indispensable colocar en esa carga y mucho menos elegir la embarcación. Nos tocó confiar en el buen o equivocado estilo de parentalidad de nuestros progenitores, aceptar algunos entornos sociales que quizás no fueron los ideales y fue así que iniciamos un viaje, sin tener la certeza que nuestra carga estaba bien y completa, si teníamos todos los recursos, emocionales, materiales, sociales, espirituales y psicológicos para hacer frente a las tormentas o días áridos, de la vida. Al paso del tiempo te vas dando cuenta que, en dicho viaje, necesitas hacer escalas y logras conocer puertos comerciales, de turismo y obviamente quizás necesites de un puerto astillero naval, para hacer algunas reparaciones de tu embarcación. Que obviamente con el paso del tiempo, según tus experiencias de vida, metas y oportunidades; puedes elegir entre tener una canoa hasta un buque.

La tripulación y el capitán: algunas personas que estén navegando contigo, además de tener también su propia barca, tienen perfectamente definidas las funciones dentro de tu viaje, algunos son temporales, en donde su objetivo es netamente comercial, de entretenimiento y nada más. Pero otros son oficiales de cubierta; personas que pueden cuidarte, que pueden orientarte a organizar horarios y la logística de tu vida, en algunos viajes el capitán tiene también un piloto o copiloto asignado, alguien instruido, una pareja clave que sirve de ayuda, porque también tiene experiencia en rutas de viaje. Es probable que también esté a tu cargo algún alumno de náutica, un novato, que no tiene ninguna responsabilidad y cuya única misión a bordo es aprender de tu experiencia, quizás alguno de ellos te llame mamá o papá. Muchas son las personas importantes en tu tripulación, algunos te indicarán si tienes sobrecargo, algunos te harán chequeos de propulsión, etc. Pero el cargo que te corresponde en este viaje, que es tu vida, tiene funciones muy específicas, estas destinado a dirigir, coordinar, controlar, supervisar, etc., cada área de tu vida, eres la máxima autoridad, ERES UN CAPITÁN. Y dicen por ahí que DONDE MANDA CAPITÁN NO GOBIERNA MARINERO, por tanto ¡ocupa tu lugar y hazte cargo!

«UN BARCO NO DEBERÍA NAVEGAR CON UNA SOLA ANCLA, NI LA VIDA CON UNA SOLA ESPERANZA». EPITECTO.

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