Germán Alfaro, mejor conocido como el “Roble Copaneco”, dejó una huella profunda en la música popular hondureña, especialmente en el género del corrido, donde se consolidó como una de las voces más representativas del país.
Originario del occidente de Honduras, Alfaro narró con su voz potente y letras sinceras la vida de los hombres del campo, las historias del pueblo y las leyendas que circulaban en las montañas y fronteras de la nación.
Su legado musical no solo entretuvo, sino que también documentó la historia no oficial de Honduras, contando relatos de lucha, amor, tragedia, venganza y valentía.
Su apodo, el “Roble Copaneco”, simbolizaba no solo su fuerza vocal y estilo inquebrantable, sino también su arraigo a Copán, su tierra natal.
A continuación, recordamos varias de sus canciones más emblemáticas, que siguen sonando en el corazón del pueblo:
Germán Alfaro falleció, pero su voz sigue viva entre los hondureños que lo recuerdan como un trovador del pueblo. Su música aún resuena en cantinas, radios rurales, ferias patronales y reuniones familiares, manteniendo vivo el espíritu del “Roble Copaneco”.