Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este martes una nueva orden ejecutiva que busca limitar la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera con México.
Si bien esta no es la primera vez que una administración demócrata promulga medidas restrictivas de inmigración, la acción de hoy es la más dura tomada por Biden durante su presidencia.
Estas medidas restringen temporalmente el acceso al asilo en la frontera sur; se activarán cuando el número de cruces irregulares supere un determinado número, y se suspenderán cuando el número disminuya.
Cuando las medidas entren en vigor, permitirán a las autoridades deportar a personas que cruzan la frontera irregularmente a sus países de origen o a México.
Al menos que demuestren, bajo estándares más estrictos, que es probable que sean perseguidos o torturados si son deportados.
En particular, las restricciones se activarán si el número promedio diario de cruces fronterizos ilegales supera los 2.500 durante un período de siete días.
Las autoridades dijeron a los periodistas que el tráfico diario había superado esa cifra, por lo que entraría en vigor «inmediatamente».
La única manera de levantar las restricciones es reducir las detenciones a una media de 1.500 por día durante 14 días.
Esa reducción es difícil de lograr porque no se han reportado arrestos a un nivel tan bajo desde julio de 2020, cuando la pandemia alcanzó su punto máximo.
Para solicitar asilo en los Estados Unidos durante un período limitado, una persona debe demostrar que existe una «probabilidad razonable» de que será perseguida o torturada si regresa a su país de origen.