La Iglesia católica se prepara para una nueva etapa tras la muerte del papa Francisco este lunes, a los 88 años, producto de complicaciones respiratorias que deterioraron su salud en los últimos meses.
Con su partida, se activa el proceso de sucesión que culminará con la elección de un nuevo pontífice en el próximo cónclave.
Uno de los protagonistas de este momento histórico será el cardenal guatemalteco Álvaro Ramazzini Imeri, quien figura entre los 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto.
Ramazzini, conocido por su firme compromiso social y pastoral, fue nombrado cardenal por el propio Francisco en 2019, un gesto que subrayó la visión del pontífice por una Iglesia más cercana a las periferias y a las causas sociales.
El cónclave que se avecina será el más numeroso de la historia reciente, superando el límite tradicional de 120 electores.
Francisco, a lo largo de sus 12 años de papado, designó al 80% de los cardenales electores actuales, una proporción que refleja su impacto duradero en la configuración del colegio cardenalicio.
Una Iglesia más diversa y global
La composición del próximo cónclave refleja el giro hacia una Iglesia más representativa del mundo entero.
Francisco elevó al cardenalato a líderes eclesiásticos de países que antes nunca habían tenido presencia en una elección papal. Figuran naciones como Mongolia, Lesoto, Albania, Timor Oriental, Tonga, Irán y Argelia, lo cual resalta el enfoque del papa fallecido por visibilizar las voces tradicionalmente ausentes de los centros de poder eclesiástico.
Latinoamérica también tendrá un papel destacado: 24 cardenales de la región participarán en la elección del nuevo papa. Entre ellos, representantes de México, Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y, por supuesto, Guatemala.
¿Un sucesor reformista?
Aunque la mayoría del colegio cardenalicio fue nombrada por Francisco, esto no garantiza que el nuevo pontífice siga su misma línea reformista.
Sin embargo, la diversidad geográfica y cultural de los electores sí representa una apertura hacia una Iglesia más conectada con los desafíos sociales, económicos y espirituales del siglo XXI.
Álvaro Ramazzini, quien ha defendido durante décadas los derechos de los pueblos indígenas y ha denunciado la corrupción y la desigualdad en su país, encarna ese espíritu pastoral y comprometido que el papa Francisco quiso impulsar desde el inicio de su pontificado en 2013.
Con la convocatoria al cónclave en marcha, el mundo católico se prepara para un momento crucial que definirá el rumbo de la Iglesia.
Mientras tanto, millones de fieles en todo el planeta rinden homenaje al papa Francisco, cuya visión transformadora continúa resonando incluso tras su partida.
¿Qué es y cómo se realiza el cónclave para elegir a un nuevo papa?