Tegucigalpa. El arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, llamó a orar por las necesidades de la Iglesia y de la humanidad, al recibir el palio arzobispal, un distintivo que solo portan los arzobispos y que es símbolo de la comunión de estos con el Papa.
En una ceremonia solemne, el monseñor Gábor Pinter, impuso a Nácher, la insignia reservada a los arzobispos metropolitanos.
«Elevemos confiados nuestras súplicas al Padre por las necesidades de la Iglesia y de la humanidad entera», dijo Nácher.
El máximo responsable de la Iglesia en Tegucigalpa, pidió a los feligreses que oren por él y por la Iglesia.
Asimismo, aseguró que «cada día, ante la Virgen de Suyapa, yo lo hago por ustedes, esa es mi primera misión».
Señaló que el palio que le ha sido impuesto es «signo de comunión con la sede apostólica».
«Se ha dicho que este palio es signo de caridad y estímulo de fortaleza, oración también», subrayó Nácher.
Palio arzobispal
El palio es una banda de lana virgen de seis centímetros de ancho, cosido de forma circular y que se coloca sobre los hombros de los arzobispos.
Cuenta, además, con dos tiras de lana que cuelgan sobre el pecho y la espalda y está adornado con seis cruces bordadas en seda negra.
Se trata de un distintivo litúrgico cuyos orígenes se remontan al siglo IV y que es símbolo de la comunión que existe entre los arzobispos y el obispo de Roma.
Nácher fue ordenado sacerdote en 1991, es licenciado en Sociología por la Universidad de Alicante y en Filosofía.
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El cura español pidió buscar «la esperanza y dignidad de esta tierra y que algún día podamos recibir juntos el premio de la inmortalidad y la gloria, ni más ni menos».
Los feligreses y religiosos presentes en la Basílica Menor de Suyapa celebraron con aplausos la imposición del palio al arzobispo capitalino. EFE