El Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico emitió este domingo una alerta de tsunami para Tonga luego de que un terremoto de magnitud 7,1 sacudiera la zona cercana a este país insular, informó la agencia EFE.
«Son posibles olas de tsunami peligrosas en las costas ubicadas a menos de 300 kilómetros del epicentro del terremoto», advirtió el organismo en su alerta.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), encargado de registrar la actividad sísmica en todo el mundo, ubicó el epicentro del sismo a una profundidad de 10 kilómetros bajo el lecho marino.
La sacudida ocurrió aproximadamente a 90 kilómetros al sureste de la ciudad de Pangai, que cuenta con unos 2.000 habitantes, y en el noreste de Nuku’alofa, la capital del país, donde residen alrededor de 27.600 personas.
El ente de alerta de tsunami instó a las agencias gubernamentales a «tomar medidas para informar e instruir a las poblaciones costeras en riesgo», conforme a sus propios protocolos.
Además, recomendó que las personas en zonas costeras amenazadas permanezcan atentas a nuevas informaciones y sigan las instrucciones de las autoridades locales.
Se prevé que el fenómeno también pueda generar olas en otras naciones de la región del Pacífico, incluyendo Samoa, Islas Cook, Fiyi, Kiribati y Tuvalu.
Sin embargo, el Departamento de Meteorología de Australia descartó que su territorio se vea afectado, según publicó en su cuenta de X (anteriormente Twitter).
Tonga se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones con mayor actividad sísmica del planeta, donde los terremotos son frecuentes y varían en intensidad.
La Cuenca Norte de Lau, localizada entre Fiyi, Samoa y Tonga, alberga decenas de cráteres submarinos activos a profundidades de entre 1.000 y 1.500 metros.
Históricamente, la región ha sufrido eventos devastadores. En septiembre de 2009, un tsunami generado por dos terremotos simultáneos de magnitud 8 y 8,1 provocó la muerte de al menos 189 personas en Tonga y Samoa.
Más recientemente, en enero de 2022, una violenta erupción de un volcán submarino causó un tsunami que dejó tres víctimas mortales y afectó a más del 80% de la población tongana, dejando al país incomunicado durante varios días.
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