Alcatraz, conocida mundialmente como «La Roca», es una de las cárceles más infames de la historia de Estados Unidos. Situada en una isla en la bahía de San Francisco, California, Alcatraz operó como una prisión federal de máxima seguridad desde 1934 hasta su cierre en 1963.
La prisión estaba diseñada para alojar a los criminales más peligrosos y notorios del país.
Durante su operación, albergó a figuras infames como Al Capone, George «Machine Gun» Kelly y Robert Stroud, el «Hombre Pájaro de Alcatraz».
La ubicación aislada de la isla, rodeada por las frías y traicioneras aguas de la bahía, la hacía casi impenetrable y extremadamente difícil de escapar.
Sin embargo, a pesar de su reputación y eficacia para contener a los reclusos más peligrosos, Alcatraz enfrentó serios desafíos que eventualmente llevaron a su cierre.
Uno de los principales problemas fue el costo de operación. Mantener una prisión en una isla aislada implicaba costos significativamente más altos en comparación con otras cárceles en el continente.
El transporte de suministros y personal, así como la necesidad constante de mantenimiento de las instalaciones debido a la corrosión por el aire salado, incrementaban los gastos operativos.
Cierre de Alcatraz
En 1963, tras casi 30 años de funcionamiento, el entonces Fiscal General Robert F. Kennedy ordenó el cierre de Alcatraz.
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La decisión se basó en un análisis de costos que concluyó que la operación de la prisión era insostenible financieramente.
Los prisioneros fueron trasladados a otras instituciones penitenciarias más económicas y eficientes.
Desde su cierre, Alcatraz se ha convertido en una atracción turística popular.
Miles de visitantes anualmente recorren las instalaciones de la antigua prisión, explorando las celdas y aprendiendo sobre su historia a través de recorridos guiados.
Alcatraz sigue siendo un símbolo de la justicia penal estadounidense y un testimonio de los desafíos que enfrentan las instituciones penitenciarias.
Hoy en día, Alcatraz es parte del Área Recreativa Nacional Golden Gate y es administrada por el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos.
La isla y Alcatraz continúan capturando la imaginación del público, manteniendo vivo el legado de una de las cárceles más famosas del mundo.
