Estos vestidos y trajes, producto de semanas e incluso meses de trabajo artesanal, simbolizan mucho más que moda.
Cada vez que una celebridad deslumbra en una alfombra roja, cientos de cámaras capturan su imagen, inmortalizando no solo su paso, también los atuendos que lucen.
Estas piezas de arte cuentan historias y marcan tendencia, sin embargo, detrás de las luces y el glamour, surge una pregunta intrigante…
¿Qué sucede con los vestidos y trajes después del evento?
Algunas piezas se convierten en íconos de la moda, como el vestido Dior diseñado por John Galliano que Nicole Kidman usó en los Premios Oscar de 1997.
Pero para la mayoría de los atuendos, su destino no es tan conocido no glamoroso como su primera aparición.
Desde el almacenamiento en condiciones controladas hasta exhibiciones en museos o incluso ventas en subastas, las opciones son tan variadas como los diseños mismos.
Es por eso que, aunque los atuendos de alfombra roja dejan su huella en la moda, no todos tiene un camino igual.
Se conservan

El camino de estas piezas comienza inmediatamente después de ser usadas.
La primera tarea es la limpieza, debido a los productos como aceites, perfumes y maquillaje que pueden dañar las telas con el tiempo.
Una vez limpias, las prendas suelen ser almacenadas en archivos especializados.
Se subastan o llegan a museos

Algunas prendas tienen una segunda vida pública al ser exhibidas en museos o vendidas en subastas.
El evento “Crown to Couture” en el Palacio de Kensington, por ejemplo, mostró atuendos memorables como el vestido de Billie Eilish inspirado en Marilyn Monroe, usado en el Met Gala de 2021.
Estas exhibiciones convierten a los trajes en piezas de arte, permitiendo que el público admire su diseño y elaboración.
Por otro lado, ciertas prendas terminan en el mercado abierto, donde más allá de ser ropa, adquieren valor como objetos históricos.
Adquisiciones privadas

No todos los vestidos vuelven a las manos de los diseñadores o casas de moda, algunas celebridades eligen adquirirlos.
Kim Kardashian, por ejemplo, ha conservado todos sus atuendos del Met Gala, excepto el icónico vestido de Marilyn Monroe.
Zendaya, por su parte, compró el vestido Givenchy de 1996 diseñado por Galliano que lució en el Met Gala del 2023.
El lado inesperado

En ocasiones, las prendas toman caminos inesperados… Lady Gaga, por ejemplo, dejó olvidado su vestido Valentino de alta costura tras los Globos de Oro de 2019 en un hotel.
Según reportes, una empleada encontró la prenda y, al no ser reclamada, fue puesta a la venta en una subasta.
La moda de la alfombra roja ya no se limita al momento del evento, su impacto se extiende a las redes sociales, los museos y el mercado del arte.
Estas prendas han trascendido su rol funcional para convertirse en artefactos culturales, piezas que cuentan historias y reflejan la evolución de la moda.